La resistencia a los antimicrobianos (RAM), fenómeno por el cual bacterias, virus, hongos y parásitos dejan de responder a los tratamientos convencionales, ya provoca más de un millón de muertes anuales en todo el mundo, según ha advertido la Organización Mundial de la Salud (OMS). De no tomarse medidas urgentes, esta cifra podría escalar rápidamente y desestabilizar los avances logrados en salud pública en las últimas décadas.
Durante la Semana Mundial de Concienciación sobre la RAM, la OMS ha instado a los países a traducir los compromisos adquiridos en la Reunión de Alto Nivel de la ONU sobre la resistencia antimicrobiana de 2024 en políticas e intervenciones concretas. Bajo el lema «Actuar ahora: proteger nuestro presente, asegurar nuestro futuro», el organismo hace un llamado a la acción multisectorial.
Una amenaza que trasciende la medicina
“La RAM no conoce fronteras. Todos los países se enfrentan a esta amenaza, pero son las poblaciones con menor acceso a diagnóstico y tratamiento quienes sufren más sus consecuencias”, señaló Yvan Hutin, director del área de resistencia antimicrobiana de la OMS.
A medida que los patógenos se vuelven más resistentes, infecciones comunes como la neumonía, las infecciones urinarias o las enfermedades transmitidas por alimentos podrían volverse incontrolables. Además, la RAM pone en riesgo procedimientos médicos como trasplantes, cirugías mayores o tratamientos contra el cáncer, que dependen del uso eficaz de antibióticos.

