Un partido de la tercera categoría del fútbol gaúcho fue noticia en todo Brasil por un hecho poco habitual. El cuarto árbitro, que es agente de la policía militar, tuvo que mostrar su arma e incluso amenazar a un hincha para repeler una agresión a un colega.
São Paulo de Rio Grande do Sul venció al Riograndense 1-0 a domicilio en el estadio Torquato Pontes, donde el público local quedó molesto con el arbitraje. Cuando salieron, los jueces fueron increpados por algunos hinchas y hasta algunos vendedores ambulantes.
Leirson Peng Martins, uno de los asistentes, fue agredido. Según el acta del árbitro, Rodrigo Brand da Silva, estaba siendo golpeado en el piso, por lo que el cuarto árbitro, Rodrigo García, entró en acción y apuntó a los agresores con un arma. Además, le dio una patada a uno de ellos.
Los atacantes rápidamente huyeron hacia el interior del estadio, sin identificarse, mientras que el juez de línea fue sometido a un examen forense y presentó una denuncia.
El Comando Regional de Policía Sur explicó a los medios locales que los agentes de la Brigada Militar asistieron al lugar para identificar a las partes implicadas y registraron lesiones corporales, agresión, calumnia y difamación, por lo que el caso está en investigación. Además, reconocieron la presencia de un policía, a quien “se analiza con el mismo rigor y transparencia de acuerdo con los procedimientos legales y administrativos aplicables”.

