
En el marco del cese al fuego gestionado internacionalmente, Hamas entregó hoy al menos cuatro cuerpos más de rehenes a Israel mediante la Cruz Roja, como parte del acuerdo humanitario vigente. Sin embargo, Israel redujo la entrada de ayuda humanitaria a Gaza y cerró el paso fronterizo de Rafah, alegando que Hamas demoró la entrega completa de los cadáveres prometidos. Hasta ahora se han entregado ocho cuerpos de un total de 28 comprometidos, dejando a 20 aún en disputa. Israel acusa a Hamas de incumplimiento, mientras Hamas aduce dificultades para localizar entierros entre los escombros, además de obstrucciones logísticas.
El presidente estadounidense Donald Trump, quien medió el acuerdo, exigió públicamente que Hamas se desarme voluntariamente o será desarmado por la fuerza. Las declaraciones encendieron el ambiente diplomático: EE. UU. pidió a Israel abstenerse de medidas provcativas para no romper el pacto de paz parcial.
En Gaza, Hamas reforzó su control en puntos estratégicos, movilizó combatientes por las calles y ejecutó públicamente a individuos acusados de colaborar con Israel, provocando repulsa de derechos humanos que cuestionan la legitimidad del grupo bajo el tratado de tregua. Mientras tanto, la población civil sigue sufriendo: el retraso en el paso de ayuda grave y la escasez de insumos básicos alimentan el riesgo de crisis humanitaria, con miles que dependen de envíos internacionales para sobrevivir. Las tensiones entre cumplimiento militar, responsabilidades morales y urgencia humanitaria configuran ahora los grandes desafíos del acuerdo de paz.