
La Comisión Federal Electoral de Estados Unidos aprobó una nueva normativa que prohíbe el uso de inteligencia artificial para crear imágenes, audios o videos falsos en campañas políticas, una medida histórica en medio del aumento de los llamados deepfakes. La decisión surge luego de que varios candidatos denunciaran haber sido afectados por contenidos manipulados para perjudicar su imagen pública.
Organizaciones tecnológicas apoyaron el fallo, pero partidos políticos conservadores denunciaron censura y “control sobre la libre expresión en redes sociales”. Expertos en desinformación celebraron la medida, advirtiendo que la manipulación digital representa una amenaza directa para los procesos democráticos, especialmente de cara a las elecciones de 2026.