
Las autoridades francesas abrieron una investigación penal contra un prestigioso laboratorio de cosmética, acusado de realizar pruebas clandestinas en personas sin consentimiento informado. La denuncia fue presentada por ex empleados y confirmada por organizaciones de salud, que aseguran que al menos siete voluntarios sufrieron quemaduras severas, irritaciones cicatrizantes y daños neurológicos tras recibir un compuesto experimental aplicado en el rostro.
Según documentos filtrados, las pruebas se habrían realizado fuera de los protocolos oficiales y sin supervisión médica adecuada, en instalaciones privadas de la empresa. La Fiscalía de París imputó cargos preliminares por “lesiones intencionales, ocultación de efectos adversos y experimentación no autorizada”.
Colegio de Dermatólogos de Francia condenó el hecho, calificándolo de “gravísimo ataque a la ética médica”. Asociaciones de consumidores exigieron una revisión de los controles en la industria cosmética, denunciando la existencia de una competencia feroz que empuja a algunas marcas a acelerar productos sin los debidos ensayos clínicos.
El laboratorio, hasta el momento, no ha presentado una declaración pública. Si se confirma la responsabilidad, podría enfrentar multas millonarias y la retirada del mercado de varios de sus productos.