En las últimas horas, la investigación del atentado contra el domicilio de la fiscal de Corte, Mónica Ferrero, experimentó avances que se tradujeron en dos imputaciones.
Tal como informáramos, se trata de un hombre de 55 años, retirado de la Policía, y su hijo de 28, este último detenido en el marco de una investigación por un delito de lesiones personales, al margen del caso Ferrero. En la casa del expolicía se incautó una pistola y balas, pero hasta ahora no se pudo establecer una conexión directa de esta persona con el ataque.
En cuanto al joven, la Policía presume que formaría parte de la organización del narcotraficante Sebastián Marset, con quien estaría relacionado desde hace años.
En una nota publicada en La Diaria, el periodista Pablo Méndez señala que, en el momento de su detención, el sujeto portaba documentación falsa y un celular, objetos que ofrecieron pistas sobre una trama para “el día después” del ataque a Ferrero. En concreto, los autores intelectuales del hecho tendrían un plan para “atar cabos sueltos”: matarían a los autores materiales usando los servicios de un sicario.