El Instituto Nacional de Estadística (INE) presentó un análisis sobre la evolución salarial y la brecha por sexo en Uruguay durante el período de 2018 a 2024, en el que constató que los hombres ganaron un 27% más de dinero por su trabajo que las mujeres.
Según el organismo, entre 2018 y 2019 la brecha osciló entre 26% y 28%, años en los que mantuvo “relativa estabilidad”. Sin embargo, en 2020 y 2021 —en coincidencia con la contracción del salario real— el INE registró aumentos con picos de 28% y 28,17%.
En tanto, en 2022 Uruguay alcanzó los valores más elevados de la serie: 28,74% en el segundo trimestre. Según el INE, “las mujeres se vieron más afectadas por la dinámica del mercado laboral en la etapa post pandemia”.
Desde 2023, la tendencia tendió a bajar: la brecha descendió hasta 25,9% en el tercer trimestre de ese año y alcanzó el 25% en el tercer trimestre de 2024, el nivel más bajo del período analizado.
El análisis del INE desprendió que “la evolución conjunta de ambos indicadores muestra que los momentos de mayor deterioro del salario real coincidieron con incrementos en la brecha salarial, lo que podría sugerir que los impactos negativos no se distribuyeron de manera equitativa entre hombres y mujeres”.
El instituto constató que en los últimos dos años del análisis —2023 y 2024— la estabilización del salario “fue acompañada de una reducción de la desigualdad entre sexos”.
La investigación del INE también afirma que, en promedio, los salarios en Montevideo son superiores por más de un 30% a los registrados en el interior del país. En el último tiempo, la brecha entre la capital y el resto de los departamentos mostró “una tendencia creciente”, por lo que se “amplió aún más la brecha”.
Los resultados del organismo sostienen que “si bien Montevideo muestra una reducción progresiva de la desigualdad por sexo, el interior presenta una mayor rigidez estructural”.
El estudio del INE argumentó que la “importancia” en analizar la brecha entre los salarios de hombres y mujeres en el país no solo “refiere a la discriminación salarial directa por realizar el mismo trabajo, sino también a diferencias derivadas de factores como la segregación ocupacional y la valoración desigual del trabajo femenino”.