Este 23 de septiembre se recuerda un nuevo aniversario del fallecimiento del Padre Pío de Pietrelcina, uno de los religiosos más queridos y venerados del siglo XX.
Francesco Forgione, conocido en el mundo como Padre Pío, murió en 1968 a los 81 años, en el convento de San Giovanni Rotondo, Italia, donde pasó gran parte de su vida como fraile capuchino. Sus últimas palabras fueron “Jesús, María”, pronunciadas poco antes de entregar su vida.
Su fama de santidad se extendió en vida gracias a su profunda espiritualidad, sus largos momentos de oración y los estigmas que llevó en su cuerpo durante más de 50 años. Tras su muerte, miles de fieles peregrinaron hasta su tumba, que se transformó en lugar de devoción mundial.
El Papa Juan Pablo II lo beatificó en 1999 y lo canonizó en el año 2002, proclamándolo San Pío de Pietrelcina. Hoy, su figura sigue inspirando a millones de católicos en todo el mundo, que lo recuerdan como un testimonio de fe, humildad y entrega total a Dios