Con una combinación de talento científico y apoyo empresarial, Uruguay está consolidándose como un referente regional en el desarrollo de dispositivos médicos implantables. Empresas internacionales como Impulse Dynamics ya tienen centros en Montevideo, donde ingenieros locales participan en el diseño de tecnologías avanzadas, como el Integra 1.5, un dispositivo para pacientes con insuficiencia cardíaca.
El sector no parte de cero: el país tiene una tradición en la materia gracias al histórico Centro de Construcción de Cardioestimuladores (CCC), pionero en la creación de marcapasos en la región. Hoy, esa experiencia se suma a la colaboración entre universidades, clínicas y compañías tecnológicas que apuestan a innovar en materiales biocompatibles, recubrimientos y diseños personalizados.
Los especialistas señalan que el desafío es mantener estándares internacionales de calidad y fortalecer la capacidad de exportación. A largo plazo, el impacto no será solo económico: se espera que la producción local de estos dispositivos contribuya a mejorar la calidad de vida de pacientes uruguayos y regionales, reduciendo hospitalizaciones y aumentando la independencia tecnológica del país.