
Una cepa del hongo Candidozyma auris, anteriormente conocida como Candida auris, se está propagando rápidamente en hospitales de varios continentes, encendiendo alarmas en el ámbito sanitario internacional. Este microorganismo afecta especialmente a pacientes inmunodeprimidos y a quienes dependen de catéteres u otros dispositivos médicos invasivos.
Lo que más preocupa a los expertos es su alta resistencia a tratamientos antifúngicos: más del 90 % de los casos no responden a al menos un medicamento habitual, y en ciertos brotes se han registrado resistencias múltiples, reduciendo drásticamente las opciones de tratamiento.
Organismos de salud pública destacan la importancia de reforzar la detección temprana, aplicar protocolos estrictos de higiene hospitalaria y limitar el uso indiscriminado de antifúngicos para contener la propagación. La situación recuerda a la amenaza creciente de bacterias resistentes a antibióticos, y reabre el debate sobre la necesidad de invertir en el desarrollo de nuevos fármacos.