La atleta uruguaya Julia Paternain escribió este fin de semana una de las páginas más importantes del deporte celeste al conquistar la medalla de bronce en la maratón femenina del Mundial de Atletismo en Tokio, logro que marca un antes y un después en la historia del atletismo nacional.
Paternain, de 25 años, sorprendió al mundo al cruzar la meta en 2 horas, 27 minutos y 23 segundos, en apenas su segunda maratón en la vida. El resultado no solo le dio un lugar en el podio junto a las grandes figuras africanas de la disciplina, sino que también se convirtió en la primera medalla para Uruguay en un Campeonato Mundial de Atletismo.
La historia de Julia es tan singular como inspiradora. Nacida en México, criada en Inglaterra e instalada luego en Estados Unidos para su formación académica y deportiva, siempre tuvo a Uruguay en la sangre por sus padres. Tras representar a Gran Bretaña en categorías juveniles, en 2025 decidió competir oficialmente por su país de origen. Desde entonces, su progresión ha sido meteórica: en marzo ganó la Maratón McKirdy con récord nacional (2h27m09s) y ahora alcanzó un podio mundial impensado para muchos.
“Estoy muy feliz de darle esta alegría a Uruguay. Correr con esta camiseta es un orgullo enorme”, declaró emocionada tras la competencia en Tokio.
El impacto de su triunfo excede lo deportivo. El bronce mundial coloca a Uruguay en el radar del atletismo internacional y abre la puerta a que nuevas generaciones vean posible lo que parecía inalcanzable: competir y ganar entre los mejores del planeta.
Con apenas dos maratones corridas y un futuro prometedor, Julia Paternain se perfila como la nueva embajadora del atletismo uruguayo en el mundo. Su hazaña ya quedó grabada en la memoria colectiva como un símbolo de esfuerzo, perseverancia y sueños cumplidos