
En un hecho sin precedentes, las fuerzas armadas de Polonia derribaron al menos ocho drones rusos que violaron su espacio aéreo en la madrugada del 10 de septiembre. El incidente, que se produjo durante una serie de ataques rusos a Ucrania, ha elevado las tensiones en la región y ha generado preocupación internacional.
Según informes oficiales, los drones fueron lanzados desde Rusia y Bielorrusia, y algunos de ellos cruzaron la frontera polaca antes de ser interceptados por la Fuerza Aérea Polaca y aviones de alerta temprana de la OTAN. El espacio aéreo sobre los aeropuertos de Varsovia, Rzeszów y Lublin fue temporalmente cerrado mientras se llevaba a cabo la operación de defensa.
El primer ministro polaco, Donald Tusk, calificó la incursión como una «provocación deliberada» y afirmó que los drones que representaban una amenaza directa fueron derribados. En respuesta, Polonia ha solicitado una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU para abordar la violación de su soberanía y discutir medidas preventivas. Además, el país ha activado el Artículo 4 de la OTAN, que convoca consultas entre los miembros de la alianza en caso de amenazas a la seguridad nacional.
El presidente polaco, Karol Nawrocki, describió la incursión como un «intento de probar nuestras capacidades de respuesta» y subrayó que Polonia «no se deja intimidar por los drones rusos». En este contexto, el gobierno polaco ha anunciado restricciones temporales en el tráfico aéreo en las regiones fronterizas con Bielorrusia y Ucrania, que estarán vigentes hasta el 9 de diciembre de 2025.
La comunidad internacional ha expresado su preocupación por el incidente. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, condenó la violación del espacio aéreo polaco y reiteró el compromiso de la alianza con la defensa colectiva de sus miembros. Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ofreció su apoyo a Polonia y destacó la importancia de mantener la unidad frente a las agresiones externas.
Este evento marca un punto de inflexión en el conflicto entre Rusia y Ucrania, ya que representa la primera vez que un miembro de la OTAN es directamente afectado por acciones militares rusas desde el inicio de la invasión. Analistas internacionales advierten que este incidente podría escalar el conflicto y arrastrar a más países a una confrontación directa con Rusia.

En respuesta a la amenaza creciente, varios países miembros de la OTAN han reforzado su presencia militar en la región. Alemania ha desplegado sistemas de defensa aérea Patriot en Polonia, mientras que los Países Bajos han enviado cazas F-35 para patrullar el espacio aéreo oriental. Además, se han intensificado las maniobras militares conjuntas en la frontera con Bielorrusia, en preparación para los ejercicios Zapad 2025, programados para comenzar el 12 de septiembre.
La situación sigue siendo tensa, y se espera que las consultas en la ONU y dentro de la OTAN determinen los próximos pasos en la respuesta internacional a esta violación de soberanía.