El servicio meteorológico MetSul, con base en Brasil, advirtió esta semana sobre una creciente probabilidad de retorno de La Niña durante la próxima primavera en el hemisferio sur, según análisis basados en modelos climáticos internacionales y los últimos boletines de la NOAA, la agencia climática de Estados Unidos.
Actualmente, el océano Pacífico tropical se encuentra en una fase de neutralidad —sin El Niño ni La Niña activos—, pero los indicadores de enfriamiento en la región centro-este (Niño 3.4) y frente a las costas de Ecuador y Perú (Niño 1+2) apuntan a un cambio de fase. Según MetSul, las condiciones podrían evolucionar hacia una La Niña durante la primavera austral (setiembre-noviembre), con impactos previsibles en el clima del Cono Sur, particularmente en Uruguay.
Riesgo de sequía en Uruguay
MetSul recuerda que el fenómeno de La Niña, caracterizado por el enfriamiento anómalo de las aguas del Pacífico ecuatorial, tiene un historial de efectos adversos en Uruguay, especialmente en forma de sequías prolongadas. Durante el último episodio de La Niña, entre 2020 y 2023, el país sufrió una crisis hídrica de gran magnitud que afectó no solo a la agricultura, sino también al suministro de agua potable en zonas urbanas.
Aunque la NOAA proyecta que las condiciones podrían volver a la neutralidad en el verano de 2026, la fase de La Niña prevista para la primavera podría coincidir con un momento clave para la actividad agropecuaria y la gestión hídrica en Uruguay. Los suelos ya presentan vulnerabilidades tras varios ciclos irregulares de precipitación.