La gran polémica del 3-1 de Racing sobre Peñarol, que determinó la eliminación del Carbonero de la Copa Libertadores en octavos de final, sucedió a los 80 minutos, cuando el árbitro colombiano Wilmar Roldán sancionó un penal para la Academia.
El delantero racinguista Adrián Maravilla Martínez cayó producto de un contacto de Emanuel Gularte y, de inmediato, Javier Méndez rechazó con su rodilla un remate de Gabriel Rojas.
“El árbitro me manifestó que fui yo quien hice el penal y no estaba ni involucrado en la jugada”, dijo Méndez tras el partido.
A falta de los audios del VAR, que aún no han sido publicados por Conmebol, todo parece indicar que, pese a los dichos del zaguero aurinegro, el penal fue sancionado por falta de Gularte sobre Martínez.
Gabriel Popovits, exárbitro internacional que maneja la cuenta de X @ArbitrajeU, aseguró que “no es penal” porque “el jugador de Racing siente el contacto de Gularte y se deja caer”.
“Error grande del árbitro Wilmar Roldán, que sanciona penal, y del VAR Juan Lara, que no corrige e inciden directamente en el resultado del partido”, agregó.
El exjuez que también opinó fue Julio Matto, quien afirmó que “la actuación del árbitro es mala”. “Se equivoca en una jugada decisiva”, ahondó en diálogo con Minuto uno de radio Carve Deportiva.
“Hay contacto con el antebrazo a la altura de la nuca”, pero “no hay desplazamiento”. “El jugador de Racing lo ayuda tirándose”, analizó.
“Sancionó el penal sin estar convencido, me doy cuenta en el lenguaje corporal, uno que fue árbitro sabe lo que está pasando por la cabeza de ese árbitro”, expresó, y argumentó: “Si estaba convencido, su reacción tenía que ser rápida y enérgica. Tuvo un delay y lo sancionó tímidamente”.
“Si el partido lo estuviese ganando Racing 2-1 en ese momento, no lo sancionaba. Los árbitros de mucha experiencia adquieren la capacidad de intuir la reacción de las masas. Si se definía por penales, su culpa pasaba desapercibida”, dijo.
Miguel Scime, asesor de FIFA y exárbitro argentino, fue claro con su postura en una columna que escribió para el portal Infobae: “Si bien hubo una sobreactuación de Maravilla Martínez en la acción, eso no borra la infracción. La decisión de Roldán de pitar el penal estuvo acertada porque el contacto se produjo de manera contraria a las reglas de juego, en forma imprudente, afectando la disputa del balón”.
Para cerrar, citó la regla 12 de la International Football Association Board (IFAB), que expone sobre los contactos físicos “imprudentes”: “Es aquella acción en la cual un jugador muestra falta de atención o de consideración o actúa sin precaución al disputar un balón a un adversario. No será necesaria una sanción disciplinaria”.
Claudia Umpiérrez también se refirió al tema: “No puede estar contento con su arbitraje. Hablé con muchos árbitros y todos coincidían que era una jugada para que el VAR lo llame. No le gusta trabajar con VAR. Al VAR le faltó personalidad para llamarlo”.