El pasado jueves, una mujer del condado de Crow Wing, Minnesota, Estados Unidos, fue sentenciada a 39 años de prisión al cabo de un juicio que generó indignación en la comunidad.
Jorden Nicole Borders, de 34 años, fue condenada luego de que se comprobara que, durante años, manipuló la salud de sus hijos para obtener beneficios económicos.
Según se estableció ante la corte, la conducta delictiva de Borders consistió en extraer sangre regularmente a uno de sus hijos, que entonces tenía 9 años, para hacerlo parecer enfermo. También obligó a sus otros dos hijos —una niña de 8 años y un niño de 11— a usar yesos y collarines que no necesitaban. La mujer aseguraba que padecían osteoporosis prematura, a pesar de no tener un diagnóstico médico que confirmara dichas afecciones.
Según el sitio web Extra, el caso se volvió sospechoso cuando médicos de varios hospitales notaron un patrón inusual en los problemas de salud de los niños a lo largo de tres años. La disminución significativa de los niveles de hemoglobina de uno de ellos planteó dudas sobre la influencia de la madre en el deterioro de su salud y la de sus hermanos.