Un ciudadano francés inició el pasado fin de semana unas vacaciones junto a su esposa, asueto que comenzó muy mal y en el que, sin duda, deberá hacer méritos para ganarse el perdón de su pareja.
El hombre, de 62 años, salió el viernes de su casa en París junto a su esposa, de 60, y la hija de ambos, de 22. El grupo familiar afrontaba un largo viaje, ya que se proponían ir en automóvil hasta Marruecos. Sin embargo, los problemas comenzaron cuando aún no habían cubierto ni la cuarta parte del trayecto.
En la madrugada del 4 al 5 de julio, el conductor se detuvo en una estación de servicio en la zona de Orleans, para descansar e ir al baño. Al regresar al auto, todo estaba como lo había dejado, o eso parecía: su hija dormía en el coche, como antes de que él se detuviera. Sin embargo, ignoraba que su esposa también había salido.
Según el canal France 3 Nouvelle Aquitaine, el piloto notó la ausencia de su esposa sobre las 8:00 horas del sábado, cuando ya había recorrido 300 kilómetros.