28 de Junio: por qué debemos sentirnos orgullosos
El Día del Orgullo LGBTQI+ en Uruguay es más que una celebración; es una reafirmación de los derechos conquistados, un homenaje a quienes lucharon y una señal de alerta ante los desafíos que persisten. En un país que ha adelantado varios derechos en América Latina, este día sirve para reflexionar sobre cuánto se ha avanzado, qué obstáculos enfrentan las comunidades de la diversidad sexual y de género, y por qué es esencial mantenerse vigilantes, especialmente frente a las amenazas que representan discursos de ultraderecha y conservadurismos retrógrados en la región y el mundo.
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🏳️🌈 1. Orígenes y evolución del Día del Orgullo en Uruguay
En Uruguay, la conmemoración del Día del Orgullo tiene raíces que se remontan a los primeros años del siglo XX, aunque fue en las últimas dos décadas que cobró mayor fuerza. Inspirados por la revuelta de Stonewall en Nueva York (1969) y paliando años de invisibilización y persecución, los movimientos LGBTQI+ uruguayos comenzaron a organizar marchas, concentraciones y manifestaciones públicas desde la década de 2000.
Fue en el año 2002 cuando se celebró la primera Marcha del Orgullo oficial, que tuvo lugar en Montevideo, convocada por la Mesa Diversa. Desde entonces, cada año —habitualmente en junio o julio— se renueva el compromiso por una sociedad más justa, inclusiva y libre.
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Avances legislativos significativos
A lo largo de los últimos 25 años, Uruguay se ha consolidado como un referente regional en materia de derechos LGBTIQ+. Su trayectoria es notable:
- Reconocimiento de la identidad de género (2009–2018)
• En 2009 Uruguay aprobó una ley pionera de identidad de género, permitiendo la rectificación administrativa del nombre y el género legal sin requisitos médicos ni judiciales.
• La ampliación de ese derecho, incluida en 2018, eliminó más barreras, facilitando el acceso trans a documentos y derechos plenos. - Matrimonio igualitario (2013)
El 19 de abril de 2013 Uruguay legalizó el matrimonio entre personas del mismo sexo, reconociendo derechos de adopción y filiación. Esto convirtió al país en parte de un grupo selecto de naciones en América Latina en reconocer el matrimonio igualitario a nivel nacional.
- Normativas antidiscriminatorias
Uruguay cuenta con leyes que prohíben la discriminación por orientación sexual o identidad de género en el trabajo, la educación, la salud y la salud pública. El código penal uruguayo incorpora agravantes cuando los crímenes están motivados por prejuicios contra grupos LGBTIQ+.
- Salud y diversidad corporal
En salud pública, se han implementado protocolos de asistencia para personas trans, garantizadas por el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS). Y aunque persisten barreras, ha habido avances en el acceso a hormonización y seguimiento médico.
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Situación actual y desafíos en terreno
Si bien Uruguay ha progresado enormemente, aún enfrenta desafíos profundos en la cotidianeidad de las personas LGBTIQ+:
– Violencia y discriminación
La discriminación verbal, física o institucional persiste. Muchas personas trans enfrentan exclusión laboral y económica. Las agresiones callejeras o virtuales, aunque menos visibles, siguen siendo una realidad. La persistencia del estigma, incluso en entornos urbanos, es una muestra de las brechas culturales que aún persisten.
– Salud mental y socialización
Las personas trans y no binarias son especialmente vulnerables a problemas de salud mental derivados del rechazo familiar, exclusión, acoso y soledad. Las políticas de salud requieren seguir profundizándose y llegar a zonas fuera del circuito capitalino.
– Disparidad territorial
Montevideo concentra estructuras, organizaciones y servicios; el interior del país aún tiene escasa presencia de redes de apoyo, información, instancias de activismo y acceso a tratamientos o acompañamiento.
– Educación y cultura
A pesar de los avances en currícula inclusiva —como la obligatoriedad de información sobre diversidad sexual en las escuelas—, hay resistencia en sectores conservadores que presionan por revisar o anular estas normativas.
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Rebelión conservadora y ultraderechista en Latinoamérica y el mundo
La consolidación de discursos de odio y movimientos anti-derechos en el continente y a escala global representa una amenaza real. Ejemplos recientes:
- El gobierno de Javier Milei (Argentina)
La administración Milei ha demostrado un giro profundo hacia un discurso conservador-liberal populista, minimizando avances en derechos reproductivos y varias veces hablando en términos muy críticos sobre “ideología de género”, lo que ha generado alarma en activistas uruguayos sobre la posibilidad de contaminaciones regionales.
- Vox (España)
Vox se ha consolidado como un partido ultraderechista que cuestiona leyes de igualdad, memoria histórica, diversidad sexual y de género. Sus discursos virulentos contra el feminismo y la homosexualidad representan una amenaza en la esfera mediática y política del mundo occidental.
- Donald Trump, mantiene Su discurso anti-inclusivo, sus críticas a los derechos reproductivos y las comunidades trans han encendido las alarmas sobre regresiones posibles en derechos ya conquistados.
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Por qué el Día del Orgullo sigue siendo vital
1. Visibilización: mostrar rostros, relatos y existencias que normalizan la diversidad sexual y de género, combatiendo el anonimato impuesto por la discriminación.
2. Memoria histórica: recordar las injusticias del pasado, la represión, el linchamiento, las muertes por crímenes de odio. Quienes marchamos no olvidamos.
3. Presión para avanzar: mantener presentes en la agenda pública temas pendientes como la plebiscitación aprobatoria de identidad de género, la inclusión laboral trans y nuevas políticas de salud reproductiva.
4. Rechazo al odio: visibilizar, con dignidad y creatividad, que no aceptamos discursos conservadores que pretendan revertir avances históricos.
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Estrategias y perspectivas a futuro
A. Movilización y alianzas
Es esencial profundizar la articulación con movimientos feministas, por la diversidad corporal, contra la violencia, sindicales o indígenas. Las causas antidiscriminatorias tienen que convertirse en una causa común de los movimientos progresistas.
B. Educación y formación
Fortalecer la formación de docentes y profesionales de la salud en perspectiva de género, diversidad afectivo-sexual e identidades trans. Educar desde la primera infancia para promover entornos libres de prejuicios.
C. Alcance regional y global
Aprender de experiencias de otros países —ya sean de América Latina (ej. Chile, Colombia) o Europa— e intercambiar estrategias, especialmente porque los discursos conservadores muchas veces trascienden fronteras.
D. Estrategias institucionales
Sostener instancias como el Consejo de la Diversidad, mecanismos de monitoreo de crímenes de odio y protocolos de atención en territorio nacional, para garantizar efectiva protección contra violencias.
E. Participación democrática y electoral
Fortalecer espacios políticos diversos, apoyando candidaturas LGBTIQ+ y alianzas con partidos comprometidos con la igualdad. Es clave proteger las democracias regionales frente a los embates autoritarios.
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¿Por qué es urgente defender el Orgullo?
1. Por la dignidad individual
Toda persona tiene derecho a vivir libremente, sin miedo, sin disfrazar su identidad, sin censuras artificiales impuestas por prejuicios históricos.
2. Por la convivencia social
La diversidad enriquece, mejora los vínculos, aporta creatividad y empatía. Rechazar la homogeneización cultural es abrazar la pluralidad, una fuente de equilibrio social.
3. Frente a la espiral reaccionaria
El avance conservador no es “solo un error político”: es el origen de retrocesos tangibles. Repetimos lo que ya se vivió en Uruguay en los años setenta: discursos de odio terminan habilitando violencias físicas, institucionales y simbólicas.
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Conclusión
El Día del Orgullo en Uruguay es un llamado cotidiano a la celebración pero —más aún— a la acción. Un llamado a recordar que los derechos conseguidos no fueron regalados, sino conquistados tras décadas de resistencia. Y que, aunque el país haya sido pionero en leyes favorables, no es inmune al viento de regreso que soplan las derechas autoritarias y los conservadurismos crueles.
Todavía hay trabajo por hacer: por la vida digna de las personas trans, por la protección frente a las violencias homolesbitrans, por garantizar el pleno respeto identitario de todas las personas en el país. Y los discursos de odio, reciclados en nuevas formas de conservadurismo de género, no pueden quedar impunes: hay que denunciarlos, responderles y confrontarlos, política y culturalmente.
Desfilan banderas, colores, canciones y alegrías. Pero marchamos también con conciencia: por cada persona que sufre discriminación, cada niñe trans expulsade de la escuela, cada lesbiana que no puede acceder a un trabajo, cada gay que sufre amenaza, estamos marchando por justicia real. Marchamos —en este Uruguay que supo mostrarse integrador— para que la esperanza no se interrumpa, para que los derechos no retrocedan, para que todas y todes vivan con igualdad de oportunidades y dignidad.
El orgullo existe no solo para celebrar, también para proteger. Y si hoy avanzan los que buscan detener los derechos humanos de las personas LGBTIQ+, es hora de decir: aquí estamos. Aquí permanecemos. Aquí resistimos.
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Vuelve cada 28 de junio (fecha de Stonewall y acto simbólico de liberación sexual y de género) para recordarnos que la lucha por la igualdad es también esperanza, memoria, compromiso y futuro. Que el orgullo de un país no es completar una marcha, sino sostener todos los días la presencia de quienes lucharon y de quienes seguimos luchando. Y que solo con derechos reales y vivibles tendremos un país —y un mundo— más libre, más justo y más humano.
De todas formas, les esperamos el próximo 12 de setiembre en nuestra 16a MARCHA POR LA DIVERSIDAD DE SALTO, para levantar nuestras voces en alto contra los discursos de odio, pero también para celebrar junto a los nuestros compañerxs de luchas y amigxs!
Tomás Bentos Pereira
Coordinadora por la Diversidad Salto