El cervatillo nacido en la estación de cría de Pan de Azúcar fue bautizado así porque nació en el aniversario del nacimiento de Clemente Estable, y es producto de un proyecto inédito a nivel mundial que logró preñar hembras de venado de campo en cautiverio con semen de ejemplares silvestres.cervatillo nacido en la estación de cría de Pan de Azúcar fue bautizado así porque nació en el aniversario del nacimiento de Clemente Estable, y es producto de un proyecto inédito a nivel mundial que logró preñar hembras de venado de campo en cautiverio con semen de ejemplares silvestres.
El pasado viernes, la bióloga Susana González se despertó un poco más tarde de lo usual y descubrió que algo, sin dudas, había pasado en la noche. Tenía 33 mensajes de Whatsapp y varias llamadas perdidas. Uno de los mensajes decía, en mayúsculas: “ATENDÉ EL TELÉFONO”.
Los mensajes de su celular incluían fotos y videos del causante de tanto desasosiego, tan temprano, un viernes de mañana: una criatura insólita de dos kilos y 200 gramos de peso, que la propia Susana no tenía ya demasiadas esperanzas de ver. No era insólita por su aspecto, sino por las circunstancias en que fue concebida.
Su nombre, Clemente, no es casualidad. Nació el 23 de mayo, Día de la Investigación, la Ciencia y la Tecnología, que se celebra en la fecha de nacimiento del científico, docente y filósofo Clemente Estable. Imposible un mejor momento para que llegara al mundo.
El Clemente que protagoniza esta historia es una cría de venado de campo (Ozotoceros bezoarticus), la especie de ciervo más amenazada de América del Sur y monumento natural de Uruguay desde 1985. Nació en la Estación de Cría de Fauna Autóctona (ECFA) de Pan de Azúcar (Maldonado) en forma bastante inesperada. Susana, experta en cérvidos reconocida internacionalmente, había estado allí esa misma semana y no encontró indicios claros de que las hembras de venado de campo que se encuentran en el lugar estuvieran embarazadas.
Es que este Clemente no es un venado como los demás que nacen en la estación. Su padre no es un ejemplar cautivo, que se cruzó con una de las hembras de la ECFA, sino un venado de campo libre, que vive en los pastizales de Salto, uno de los pocos lugares donde esta especie aún resiste en forma silvestre en el país.
La madre de Clemente fue inseminada ocho meses y medio atrás en un proyecto pionero en el mundo, que busca devolver a los venados de campo de la ECFA la necesaria variabilidad genética que necesitan para sobrevivir con buena salud en el futuro