Horacio Lepera fue un artífice natural de como defender la cultura desde el canto y desde la impeovisación.
Un tipo versátil, creativo y con tremendas condiciones. Un tipo que tocó el cielo con las manos y vivió el infierno personal que lo llevó a desmoronarse de a poco.
Su muerte deja en claro que no existe sociedad más hipócrita que la salteña. Preocupados en la marca del auto, el sueldo de fin se mes, la ropa, el estilo de vida.
Sin embargo quienes ahora lo lloran no le tiraron una piola para ayudarlo, para darle una mano, para defender su historia cultural e histriónica.
Es más, la mayoría de los lamentadores de pérdidas de seguro hicieron lo de siempre al verlo en la calle….mirar para otro lado.
Si tanto nos preocupan nuestras historias se debe defender mientras están y estando porque lamentar pérdidas cuando se dan habla a las claras de nuestra mismísima condición de falsedad humana.
Daniel Caiazzo