
El Juez en lo penal, el Dr.Paulo Aguirre dió a conocer esra mañana a los medios de comunicación salteños, la sentencia del femicida de Olga Acosta, aquel 8 de marzo de 2018. La sra, ex pareja del femicida lo había denunciado el día anterior, el 7 de marzo y pedía a gritos no volver a su casa, porque estaba segura que este individuo la iba a matar. Ante la ausencia institucional como lo dijimos ese mismo 8 de marzo en este medio, que articulara los 2 refugios que intendencia de Salto poseía y con recursos para recibir a Olga en este caso. El desconocimiento de la jueza de familia de la existencia de los mismos, como lo hemos también expresado más de una vez, hace que ordene el traslado de la denunciante (víctima) a su domicilio y con guardia policial en el lugar. Eso no sirvió porque el asesino, volvió en la madrugada, rodeando la vivienda por el costado, ingresando y disparando a Olga que dormía en su dormitorio, al policía Farinha , que salió a su encuentro, produciéndole su muerte e hiriendo al otro custodio. El homicida fue capturado y hoy casi dos años después fue sentenciado con el delito de Homicidio Complejo( incluye femicidio, homicidio e intento de) con una pena de 30 años de penitenciaría.
No servirá de consuelo seguramente a las familias, la del policía, con hijos pequeños y adolescentes, la de Olga. Pero más allá de la sentencia, lo institucional, el debe claramente debe, de la intendencia de Salto en la articulación de las políticas públicas en violencia de género. Tener dos refugios cerrados, seguros y con recursos y no disponer de ellos por incapacidad de gestión, la Comisión departamental de Violencia doméstica, integrada por instituciones como Mides, que sabían de esta situación y eligieron mirar para otro lado. Aprendamos que en este tema se va la vida, a las mujeres las matan .