Durante los últimos meses de la administración anterior dos ítems se destacaron por sobre todas las cosas en campaña: el no pago de sueldos a los trabajadores y las deudas impagas a proveedores.
Resulta que en base a la última rendición de cuentas, es categórico apreciar que aquellas deudas asombrosas a empresas locales, algunas muy importantes, hoy quedan casi como un recuerdo superado por la pesadilla.
Infinidad de empresas a las que se les debe con cifras importantes y medios de comunicación a los que se les debe acumulativamente varios meses no pagos.
A eso se suma la política comunicacional que resuelve otra vez achicar presupuestos a quienes ya se les debe mostrando claramente que lo que venimos diciendo de una situación económica preocupante es ni más ni menos que muy real.
El actual emperador tuvo en los comienzos de su administración la vocación de contratar institucionalmente espacios en todos lados, de nueve portales existentes hace un tiempo más del 90% acordado (aclaramos que este también hasta que su director ingresó a la administración recibiéndose por esa pauta 5.000 pesos mensuales), todas las radios pautadas afines y no afines su línea de pensamiento, canales de televisión, etc., etc.
Lo hizo mientras el viento soplaba de cola, pero ahora con viento en contra y en el momento de tener a todos de buen humor, se queda sin plata para silenciar o al menos balancear las críticas.
Ya se aprecian colegas denunciando una situación difícil que la venimos denuciando desde nuestros espacios hace un buen tiempo y en tiempos electorales al emperador parece no pocuparle que la plebe periodística se encrespe y denuncie.
Lo más llamativo es que aquellos gritos de denuncias realizadas por el emperador con la anterior administración permiten arribar a una conclusión filosófica: «las deudas que vos matasteis, crecen como hongos en la humedad».